Tirada "El Camino" del Tarot de los Mensajes para tu "retiro hogareño"

CONECTAR CON EL DOLOR (Carta 8)

Inicia de corazón, es necesario un camino que recorrer. Una vez que conectes con ese dolor tan agudo, las cosas irán solas: el dolor de tus padres, el dolor de los padres de las otras personas. Conectar con el dolor, esa es la puerta. Poder nutrirte, poder ser

tu propia fuente de nutrición. Es bello, y no es necesariamente cómodo ni fácil al principio; desde ahí irás encontrando las parejas que necesites para aprender lo que tengas que aprender en cada momento, sin huir. En lo laboral podrás encontrar, en cada momento, el trabajo que te vaya a ayudar mejor. Constancia, unidad, poder, riqueza y es muy bello lo que tienes ahí dentro.

CONTACTAR CON TU ESENCIA (Carta 9)

Lo que estás haciendo en este momento es hermoso. Este es el

camino que debes tomar: entrar en contacto con tu esencia divina, con tu parte más interna y más profunda; y tienes miedo de que los demás no te querrán. La verdad es que amarán mucho más el ser divino que eres cuando tú puedas aceptarlo y estar con él, y contactar con él, con esa parte de ti que es sagrada, que es vulnerable. Vigila tu mente, dile a tu corazón: "Confía, no estás solo, te queremos, eres un alma bella y vamos a estar contigo hagas lo  que hagas, pero nos va a dar más alegría si te permites salir de tu urna de cristal. Si quieres encerrarte más en ella, con más razones, estaremos contigo igualmente, pero será una lástima que pierdas la oportunidad. Tienes todo lo que necesitas."

Tu corazón está deseando salir de ahí. Eres un alma bella y un bello corazón es lo más valioso que tienes, y es una bendición que estés aquí, para ti y para los demás. Confía, empieza a caminar,

confía y empieza a caminar.

EMPIEZA A HABITARTE (Carta 16)

Pon tus manos en tu pecho, en el esternón, y permítete sentir el vacío que hay ahí. Imagina unas orejas en el centro de las palmas de tus manos, imagina que cae una gota igual que en una cueva cuando cae una gota y suena el eco. Escucha lo que sucede cuando cae una gota ahí, es como si estuvieras deshabitado y ese vacío te incomoda. Pero para empezar a habitarte tienes que empezar a tolerar ese vacío.

Empieza a respirar ahí y empieza a habitar tu corazón con cada inhalación. Siente cómo cuando llega el aire a las cavidades de tu corazón, estas cavidades empiezan a crujir, empiezan a moverse un poco. Y sigue respirando, permite sentir un amargor que surge del

corazón, una sensación de sequedad, de tironeo, de vacío, incluso un poco de náusea. Y esta sensación no es nueva, pero lo que sí que tiene que ser nuevo es quedarte ahí y empezar a habitarte.

Quédate ahí y respira. Permítete sentir cómo en cada inspiración las paredes de tu corazón, de afuera hacia adentro, empiezan a revivir, empiezan a hidratarse, a esponjarse, a tomar color, incluso a templarse, de modo que ese frío gélido empiece a estar un poquito

templado. Sigue respirando para habitar ese corazón, empezar a habitarte desde el único lugar donde se puede vivir la vida, y nos referimos a una vida de verdad, no a una caricatura de una vida. Así que respira y ve notando cómo, de afuera hacia adentro, las paredes de tu corazón y toda la carne de tu corazón empieza a tomar un color más vivo. Dejas atrás el gris y empiezan los colores rojizos.

Dejas atrás las estructuras acartonadas y empiezas a sentir esponjosidad. Dejas atrás las superficies heladas, gélidas, desérticas y empiezas a sentir calor y quédate ahí respirando eso. Vas notando cómo va avanzando, desde afuera del corazón hacia el epicentro, esa ola de vida que se ve alimentada por tu presencia, como si entrases en una casona donde hacía siglos que no hubiera habitado nadie. Vas a quitar las telarañas, a limpiar las cortinas, a encender velas, y llegas al epicentro del corazón, como llegar al salón de esa casona que estás empezando a aprender a habitar y enciendes un hogar, un fuego. Es la chimenea del salón principal, que es el corazón: el corazón de tu corazón. Y tú eres responsable del bienestar de este fuego, de alimentar este fuego. Y respira ahí, porque con tu respiración es con que alimentas ese fuego, y ese es el lugar donde empieza el camino de vuelta a la vida. Si intentas cualquier camino que no pase por ahí, estarás perdiendo el tiempo.

Éste es el único lugar desde el que puedes empezar algo. Así que empieza a habitarte, igual que en una casona.

CAMINAR (Carta 7)

Debes caminar y no esperar más. Da igual la dirección: tu corazón te guiará y no busques lo mejor, lo perfecto, lo ideal, porque no existe. Todas las opciones están bien siempre que tú corazón te lleve a ellas, pero tienes que ir y tienes que asumir las consecuencias de cada paso, que no es más que atreverte a responder y aceptar y agradecer cualquier lección que te toque aprender en los siguientes pasos. Estar en una nebulosa no te ayuda, y cuanto más estés en esa nebulosa, más sube la nube. Y cuanto más sube la nube, más lejos estás de la tierra. Y cuanto más lejos estás de la tierra, más difícil va a ser el aterrizaje.

Y eso depende sólo de ti y da igual si tienes miedo. Da igual si tienes dudas, tienes tu corazón y puedes seguir, y debes seguir. Prolongarlo más tiempo sería una necedad.

CORTAR CON LA CULPA Y LA VERGÜENZA (Carta 10)

Tú tienes mucho que dar y mucho que ofrecer, pero la culpa y la vergüenza te están frenando; y tienes además culpa y vergüenza por tener culpa y por tener vergüenza. Así que es un círculo vicioso que debes cortar y la única manera de cortarlo es accediendo al corazón, permitiendo hundirte poco a poco hacia el fondo marino, a través del sonido del sonar que genera cada uno de los latidos de tu corazón.

ACEPTAR LO SENCILLO (Carta 2)

No tienes nada importante que cambiar en tu vida, todo está bien. Todo es parte de tu camino, de tu crecimiento, de tu proceso. Eres afortunado, y recibes muchas bendiciones y lo sabes agradecer. Y eso hace que te colmen de más bendiciones, pero la vergüenza y la culpa te alejan. Estás tan cerca... estás tan sólo a un pequeño paso de lo que deseas, de lo que anhelas. Y eso es lo que sientes, que siempre falta algo, siempre hay algo que falla y eso está en ti. Siempre parece que se llega, siempre parece que va a ser perfecto y hay algo que no... así que te puedes sonreír simplemente cuando te veas ahí.

La imagen es la de un elefante inmenso y una puerta muy pequeñita, muy pequeñita. Al principio se cree que no puede salir, que esa puerta se lo impide. Pero llega un momento en el que se sonríe, la mira y sin ningún esfuerzo pasa por encima y clic... sucedió. Es tan simple que es difícil de creer, y por ser difícil de creer se convierte en imposible. Un pequeño paso, muy pequeño... y ya estás. Ya está todo, y entonces puedes disfrutar sin más e ir avanzando e ir tomando las invitaciones de la vida, confiando y disfrutando de cada instante, de cada momento. Y eso es lo principal que debes cambiar en tu vida. Lo externo se irá modificando y será como el mar que unos días está en calma y otros días está divertido y otros días está picado. Da igual, todo está bien porque estás bien enraizado en tu corazón, así que, de lo fácil que es, suena ridículo. Hay una parte de ti que preferiría que fuera más complicado, más tortuoso, más difícil. Ahí habría más reto, mayor dureza.

Así que simplemente puedes mirar de manera jovial y risueña a esa parte de ti que necesita esa dureza; y cuando te encuentres ahí, simplemente sonríes y decides otra cosa. Es bello tu camino porque es aparentemente sencillo y muy sutil, y esa sutileza te va a dar una gran profundidad a la hora de poder ayudar a otras personas, una sutileza muy delicada, de un alma muy refinada y nos gusta mucho verte ahí.

SER EL UNIVERSO COMPLETO (Carta 44)

Tú entraste en la cajita. Tú tienes que salir de ella. Nadie te ha pedido esto y no le beneficia a nadie en absoluto que lo hagas, que lo estés haciendo. Lo has usado como excusa para justificar ese encierro, pero el origen de ese encierro tiene que ver también con un miedo profundo, así que puedes desandar tus pasos, ver que el miedo surgió, el miedo a estar solo y decidiste que vendías tu libertad, pero nadie te lo pidió y no está siendo beneficioso. Así que puedes desandar tus pasos y buscar el lugar en el que puedas ofrecer una relación desde la plenitud.

Es como si te hubieras ofrecido como una cajita envuelta con unos lazos y esos lazos que la hacían bonita para ti, en realidad, la hacían inútil para el que la recibía porque no se puede abrir la cajita cuando está con el lazo. Así que te regalaste y te ofreciste como una cajita cerrada que contiene muy poquito de ti, en vez de regalarte como una caja abierta que te contiene completa y

plenamente.

Podrías organizar la vida de otro modo y las otras personas estarían encantadas, porque estarían encantadas de estar con una persona que realmente no es lo que se contiene en una cajita, sino lo que se contiene en  el universo; porque sería una persona abierta, una persona consciente, una persona universal, una con la que compartir el universo y no una figurita de porcelana para tener en una estantería. Eso no lo querían las otras personas, y a ti te supone muchísimo esfuerzo y es un esfuerzo que no se te va a premiar porque es inútil. Así que puedes seguir haciéndolo tan inútil durante tanto tiempo como tú quieras.

Sal de la caja y ofrécete como lo que eres y te sorprenderás de las reacciones del mundo exterior. Hay tantas creencias que tienes que te hacen pensar que estar en una cajita es mejor que ser en el universo completo, así que olvídate de tus creencias y experimenta, y desde ahí podrás ofrecer algo realmente valioso, realmente bello. Mientras tanto, ofreces una caricatura de lo que fuiste y a nadie le gustan las caricaturas, nos gustan los auténticos.